En el corazón humano de Dios.

 


Hay una sutil diferencia, que lo es todo en mí, entre la Rosa-Dios y la Rosa “de” Dios. En estos escritos firmo como la “Rosa de Dios” porque la voluntad divina está siempre por delante de Rosa, es decir Rosa está rendida a Dios. 

En algunas ocasiones tengo que lidiar con los pensamientos de indignidad, de confusión, de especialismo que pueden sabotear mi sentir auténtico, mi corazón unido a la mente Divina, mas, cada vez me es más fácil reconocerlos y descartarlos para que mi verdadera Rosa, (la de Dios) hable aquí. 

 

Deseo expresarte en esta oportunidad que es vivir desde el corazón humano de Dios.

 

 

“El corazón humano de Dios en ti es aquel que vive una historia de amor con cada acontecimiento, con cada persona e incluso, a nivel mundial, universal. Vives una historia de amor con el universo.

 

El corazón humano de Dios en ti es aquel que conmueve, aquel que quiere ayudar, aquel que perdona, aquel que se entrega, que se da, en cada historia de tu vida.

 

El corazón humano de Dios fue quien te impulsó a lanzarte a ofrecer tu hogar para compartirlo con alguien que lo necesitaba.

El corazón humano de Dios fue aquel que te impulsó a elegir una pareja que tuviera las características que hicieran cantar tu corazón y no importaba que según la sociedad no fuera el más adecuado.

El corazón humano de Dios fue aquel que cuando tuviste un bebé, supo que lo amarías siempre.

El corazón humano de Dios en ti es aquel que te impulsó a encontrar a Dios para reconocerte a ti mismo.

 

Siempre estuvo en ti, piénsalo, fue aquel que te llevó a aquel viaje que transformó tu vida, fue aquel que te guio para sanar tu alma.

 

El corazón humano de Dios en ti, siempre está presente, es tu verdadero corazón.

Sin embargo, si miras atrás, sabes que apareció algo que estropeaba todas esas bellezas de impulso amoroso, de este corazón divino de ti. 

Había algo que estropeaba las relaciones, había algo que frenaba tu impulso de darte… había algo… y era simplemente una manera de pensar, una manera de pensar separada, una manera de pensar que ahogaba ese corazón humano de Dios en ti. Eso ya no está, simplemente es un recuerdo, un patrón de pensamiento que no tiene ningún poder para ti.

Pero lo verás, lo verás en tus hermanos y hermanas, lo verás repetirse en las sociedades, lo verás destrozar el deseo innato del corazón humano de Dios en la humanidad. Es por eso que tu expresión sin ningún miedo del corazón humano que está en ti es necesaria, pues será lo que hará que los demás puedan reconocer al suyo. Así que alma bendita, expresión divina, no tengas miedo de expresar tu corazón divino desde tu humanidad. Lánzate al mundo yo estoy contigo, estoy a tu lado, cojo tu mano, abrazo tu corazón, no estás sola, muchos se unirán a ti, coge la mano de aquellos que pondré con el coraje y la fortaleza de expresar el corazón humano de Dios. 

 

Cada vez seréis más, empieza y no tengas ningún miedo pues el tiempo del dolor ya terminó, empieza junto a un hermano, solo se requieren dos para empezar, abre tu corazón divino, cuenta tu historia, cuenta  tu amor por Dios en cada una de tus cosas, pues cada vez que amaste a otro, amaste a Dios, cada vez que amaste la naturaleza, amaste a Dios, cada acción compasiva, cada mano tendida, siempre amaste a Dios, cada vez que sentiste amor, era el amor de Dios, ahora lo sabes, esa es tu única realidad. Y cuando esa realidad única sea visible transformará el mundo igual que te transformó a ti.”

 

Este mensaje lo recibí en meditación, no es un mensaje para Rosa sino para todos lo que se abren a lo humano de Dios en ellos, es un mensaje para ti que lo estás leyendo y sientes como tu corazón vibra y canta de Amor, este mensaje no es mío sino tuyo, es para ti. Solo recíbelo, deja que llene tu corazón. 

 

Rosa de Dios.


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