Morir en Dios.
Hoy quiero compartir como vivo, quiero compartir mi presente.
Vivo muriendo en Dios, es la frase que mejor describe mi experiencia en estos momentos. Realizando mi viaje del alma en compañía con “Elige solo el amor”, siento que cada página está siendo nueva para mi, así como cada día renace el Cristo en mi, y también cada día es nuevo.
Sin embargo, el día está lleno de acontecimientos que podrían parecer rutinarios o repetidos, ahora para mi son nuevos. Durante el día aparecen personas, pensamientos, acontecimientos que aparentan llevarme de nuevo a mi pasado repetitivo y tenso, pero yo soy nueva y entonces… todo es nuevo también.
Vivo en Dios y siento la energía renovada, y cada noche muero en Él para resucitar por la mañana.
Os voy a compartir mi día, es extraño para muchos, he sido idealizada por vivir así y también duramente juzgada, tanto por “otros” como, sobre todo por mi misma, porque parecía llevarme a no poder mas que vivir en soledad, hasta que he comprendido que no es Rosa quien quiere vivir así… sino Dios. Y la sensación de soledad se esfumó…
Tú no tienes que vivir así si no surge de forma natural, pero yo no puedo hacerlo de otro modo. Esa es la forma en que Dios se expresa en mi.
Cuando me despierto por la mañana me pongo a meditar una hora o dos, no me importa, siempre me despierto de madrugada sin necesidad de poner despertador, no es una obligación es una devoción.
Luego puede que mi día tenga alguna estructura, en realidad no importa, si hay algo que hacer lo hago, puede ser ir a comprar, una sesión con alguna persona o simplemente pasar las cuentas.
Siempre tengo un espacio de tiempo para un paseo contemplativo, por ahora cerca del mar que es donde estoy viviendo en estos momentos.
Luego hacer la comida, comer y meditar de nuevo, por la tarde: sesiones, conferencias on line, escribir o cualquier otra cosa que surja, a veces una visita medica o una charla con alguna amistad o con mis hijos.
No importa en realidad, pero todas las cosas del día mueven emocionalidad, pensamientos, me invitan a pensar en el futuro o el pasado, me encierran en mi “personaje” por unos instantes… y entonces cuando lo veo… lo dejo morir. Simplemente recuerdo a Dios y le entrego todos los pensamientos y emociones, me dejo morir en Él.
Esto al principio, lo hacía por las noches porque no lo veía mientras sucedía, me tensaba durante el día y permanecía con la tensión acumulada, entonces siempre al ir a dormir, volvía a mi oración meditativa (de nuevo, al igual que por la mañana, una o dos horas) y entregaba toda la tensión acumulada a Dios, se lo daba todo y cuando finalmente sentía que mi rendición a Él era total, sabía que me había liberado de todo el sufrimiento y simplemente me dormía.
Ahora algo profundo ha sucedido, vivo mi día muriendo en Él … en el Presente. Entonces llega a noche y medito igualmente una hora o dos antes de dormir, pero ya no necesito entregarle mi tensión, por que simplemente mi tensión, mi sufrimiento… no existe.
Entonces solo me dejo en Dios, y recibo el Gozo de Su Presencia soltando la necesidad del tiempo y cuando el sueño aparece sé que es el momento de dejar al cuerpo morir, pues Él me resucita cada mañana para que vivamos Juntos un nuevo amanecer.
Morir en Dios es vivir en Vida Eterna.
Y hoy siento que me habla en cada palabra de “Elige solo el amor” en cada rayo de sol, en cada brizna de hierva, en el rostro de un niño, en el vuelo de un pájaro…
Y solo puedo agradecer.
Este enfoque surgió en una parte de mi viaje… lo comparto desde mi corazón.
Lo he hecho siempre que me he sentido confundida, para volver a recordar que solo entregando mi falso ser es donde realmente me reconozco como Cristo.
VIDA ETERNA
Padre: Muero en Ti.
Cuando me sorprendo fabricando, adelantando, buscando una solución…
Recuerdo que Estás en mi
Y me permito morir en Ti
Cuando algo aparece que me atrapa
Una relación que la hago especial, única y separada
Y me tienta a creerme su dolor
Recuerdo que estás en Mí
Y me permito morir en Ti
Cuando algo aparece que me da un valor separado
Cuando un alguien o algo aparenta ser rescatado por mi
o aparenta ser beneficiado por algo especial en mi
Recuerdo Quien es la fuente de todo el Amor
Recuerdo: estás en Mí
Y me permito morir en Ti
Y cuando muero a cada instante
Cuando cae el tiempo
Cuando ya no importa cuántas veces muero
Entonces… Se, Soy, Vivo
Y Resucito en Ti
Cuando no importa cuántas veces muero…
Ya no necesito morir mas…
Y sostengo la Vida Eterna
Contigo en Mi
Amen.
No basta con morir, he de resucitar, expresar el Cristo en este mundo para no perderme en el sinsentido de este mundo. Elige solo el amor nos dice que el ego ya no está, pero nos lleva mas allá de eso, nos lleva a que expresemos a Cristo en este mundo.
Cuando decimos “ya no vivo yo, sino que es Cristo Quien vive en mi”, decimos que estamos dispuestos a completar la experiencia, que no nos quedamos en el devenir, siempre hemos sido Cristo en la esencia, pero no lo hemos expresado plenamente en la forma.
Ahora es el momento de expresar a Cristo plenamente y eso no puedo imaginar como será desde mi mente vieja, debo dejar que muera esa mente, dejar que mueran una y otra vez esos patrones de pensamiento del ego… que caigan para que Dios me hable, para que Dios me piense, para que Dios me exprese y entonces… Resucitar.
Por eso en este libro I “Ecos de santidad” se me dice que llame a Cristo: “Ven Cristo Ven” para que se exprese en mi, y me repite que el ego ya no está, y me invita a que no me quede solo en que el ego ya no está. Porque sino voy mas allá de eso, ando por el mundo sin propósito y sin sentido, y rápidamente fabricaré otro ego, otra forma con el mismo pensamiento viejo, con el mismo patrón.
Debo dejarme totalmente morir en Dios, porque es en Dios donde descubro que lo que soy no muere y resucito en la forma, en esta misma forma, al Cristo para el mundo.
Y ese es mi propósito y mi sentido, “Ven Cristo Ven” habita esta forma que entrego por entero a Dios.
Rosa Riubo
Peregrina de la Paz
Comentarios
Publicar un comentario