Compartir los milagros de Amor.
En esta parte del camino del viaje del alma, iniciando el libro tres “Homo Christus Deo”, vemos como todos los miedos y patrones antiguos se presentan de nuevo para ser transcendidos. Se nos habla del tiempo de la cuaresma, y aunque la belleza de los textos nos abraza para que nos abramos a la confianza plena en Dios, temblamos a veces de miedo en esta etapa.
Quiero compartir en este punto, como en mi viaje a través de los libros se presentó una y otra vez este trascender todo aquello que había dejado a un lado, ahora sé que estoy aquí para amarlo todo, y no importa el tiempo que pase, desde perdonar a Amar plenamente todo lo que ocurra y ya no hay nada que aparezca en mi camino que no pueda ser amado… nada.
Pero no siempre fue así, por ello quiero compartir mis milagros de Amor, los cuales tenia miedo a contar y ese era uno de los últimos miedos que he trascendido en este actual viaje, a través de la lectura compartida en el programa de acompañamiento “El viaje del alma”.
Miedo a los milagros.
Miedo a que se den, miedo a que no se den, miedo a contar que se han dado, miedo a que si lo cuento dejen de darse… infinitud de forma temerosas al respecto. Incluso dudar de si son milagros o no … por que … ¿que es un milagro?
Un milagro es una expresión de Dios en la forma, una expresión del Amor en la forma, el milagro es la expresión de Dios.
Si tu vives en Dios, el milagro se da en ti y a través de Ti.
Para que eso suceda tu Ser, tu Identidad, tiene que ser Cristo.
El ego ya no está y nunca existió realmente, cuando despiertas en la consciencia de Cristo, sabes que todo el mundo y todo lo que ves es inocente, es Amor y lo ves con los ojos de la misericordia Divina.
Si tu eres Cristo, el milagro viviente eres Tú, la expresión de Dios en la forma, y la extensión en la forma de Dios a través de Ti.
Cuando esto va a suceder plenamente para ti es algo que tu alma determinó con Dios y no importa lo que parezca estar distante en el tiempo, porque ya se dio en vuestro pacto Sagrado. Ahora lo único que necesitamos desarrollar es la confianza plena en que ya está hecho. Y está hecho porque es la voluntad de Dios y la tuya. Sino no estarías recorriendo este viaje.
Así que una vez que no importa el tiempo y que lo que voy a contarte que sucede en mi es lo mismo que sucede en ti, podemos juntos viajar sin tensión, sin prisa y sin miedo.
Hay muchos milagros que he experimentado en el transcurso de mi viaje, algunos no lo parecen, son pequeñas cosas que ocurren en mi día a día, sincronías, sentires de paz, alegría profunda en mi corazón, amorosas respuestas de otras personas.
Otros solo los veo yo porque sé que los pedí, son acontecimientos, comprensiones, curiosas, palabras leídas en un momento dado que me dicen Jesús o María a lo que me está sucediendo… pero hay algunos que se muestran al mundo, se hacen observables a la vista de todos, es precisamente de estos de los que ahora voy a hablarte.
Un milagro muy especifico: la sanación de mi vista.
Lo digo en forma literal y para que pueda ser comprendido, lo describiré en el orden en que se fue produciendo y lo que sucedió en cada instante.
En la forma de mi cuerpo, los ojos han sido la parte más afectada en mi caminar.
De pequeña tenía miopía de la que me operé a los veintiocho años, a los cuarenta años operación de cataratas, a los cincuenta: operación de desprendimiento de retina y finalmente a los cincuenta y cinco empezó a parecer la tensión alta ocular y glaucoma…
Cuando empecé mi camino espiritual mas comprometido, aparentemente todo empeoraba con respecto a mi visión, durante estos años, fueron las dos operaciones en mi vista, sobre todo a los cincuenta cuando ya estaba trabajando intensamente “Un curso de milagros”, parecía como si el camino espiritual me pidiera que dejara de ver con los ojos del cuerpo, pero sentí un gran miedo a quedarme ciega, ese miedo se fue sanando a lo largo de los últimos siete años, en mi transformación del camino del perdón a la plenitud del amor, en la rendición total a Dios y la entrega incluso de mi vista…
Estos últimos dos años mi tensión visual estaba muy alta y en cada revisión medica me daban unas gotas diferentes que cada una de ellas causaba muchísimas molestias y además ninguna parecía tener efecto en bajar mi tensión ocular.
Ya leyendo los libros de “Elige solo el amor” por segunda vez, le pedí a Sebastián que me incluyera en la Oración de Sanación de los sábados, pedí ayuda a Jesús y María para poder vivir en paz lo que fuera que Dios tuviera dispuesto para mi, y si eso era que perdiera mi vista “humana” en favor de la Visión espiritual, que así fuera.
El milagro sucedió de inmediato, el mismo sábado por la noche sentí como la tensión en mi cabeza y mis ojos disminuía, desapareció el dolor de cabeza y una energía amorosa muy agradable parecía llenar y cosquillear mi cerebro… no se si puedo expresar con palabras claras la sensación… y sobre todo una Paz profunda me llenó de confianza y plenitud.
El lunes tenia revisión medica ocular porque había pedido hora de nuevo, dado que el dolor de cabeza no cesaba, y las ultimas gotas que me dieron me picaban muchísimo e irritaban mis ojos. Tengo que decir que desde el sábado ya no me había puesto esas gotas… y cuando fui el lunes a la revisión… mi tensión ocular era normal.
Puedo deciros que yo sabia que estaba bien antes de visitarme, pero la revisión me lo confirmó. Tuve que cambiar de médico porque insistía en que siguiera haciendo el tratamiento con las gotas. Cambié de medico y seis meses después mis revisiones seguían siendo de tensión ocular normal, mis ojos tienen una buena visión y no necesito ponerme esas molestas gotas.
Hoy comparto que en la revisión medica me dieron el carnet de conducir para cinco años, ya que, palabras textuales: “Estás completamente recuperada de las operaciones.”
También tuve que trascender el miedo a este compartir y hoy puedo decir con alegría que Dios quiere que lo comparta públicamente y por eso os lo cuento ahora.
Pues sé con total certeza, que la plena rendición al amor de Dios hace que sea Cristo y no nosotros quienes vivamos la experiencia en la forma, y entonces los milagros son nuestra manera de ser natural como expresiones del Amor que somos.
Déjate amar plenamente por Dios, ábrete a su abrazo, y entonces ama todo lo que surja en ti… en tu interior… ama el miedo… ama tu cruz y estarás santificando la forma que no podrá ser de otra manera que Divina.
Y el Cristo en ti renacerá en tu experiencia.
Compartimos la meditación que surgió durante el encuentro del “Viaje del alma”.
Rendición a la Expresión de Dios.
Respiramos juntos.
Dejamos caer el pensamiento del mundo,
Sentimos el Espíritu como la respiración,
Como en cada inspiración nos llena,
Nos sentimos totalmente amadas, totalmente amados por el Espíritu de Dios
Y en cada soltar el aire,
Permitimos que caiga toda tensión,
Que caiga todo pensamiento del pasado,
Nos rendimos al abrazo del amor presente,
Estamos totalmente dispuestos a que todo cambie,
A que nuestra percepción sea sanada,
A que nuestra vida se desestructure por completo para que sea estructurada por el amor.
En este viaje del amor hermoso al cual nos damos por completo a Dios
Y sentimos el abrazo de María,
La mano firme de Jesús que nos libera de todo miedo de toda duda,
Y nos eleva en nuestra forma para que podamos
Expresar, traer la plenitud del amor en el mundo ahora.
Estamos totalmente dispuestas, dispuestos, a expresar el Cristo que somos en la forma.
Y en esta entrega nos damos totalmente a Dios diciéndole:
Hágase en mi según tu Palabra
Y los ángeles del cielo entonan el canto que nos acompaña en este viaje,
Y sentimos la alegría en el corazón, como nuestro corazón tiene alas,
Y sentimos la fuerza del amor y el poder de Dios.
Y tomamos una respiración un poco mas profunda y descansamos en el silencio del amor unos minutos para recibir plenamente esta Gracia.
Rosa Riubo
Peregrina de la Paz.
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